Y cada vez somos más!

¡Y me sumo a la campaña “Un hueso para hacer cucharita en el invierno”, nomás!

Si en el verano no estuvimos lo suficientemente avispadas como para ya ir amarrocando huesos para el crudo invierno, nos pasa que de pronto nos descubrimos como la pobre chicharra que cantaba y cantaba mientras las laboriosas hormiguitas hacían su trabajo de artesanas calladitas, calladitas… y… claramente sabemos quiénes salieron ganando…

Pero nunca es tarde, ya las lluvias empezaron, el frasquete por las noches se hace sentir más… y nosotras aún sin un huesardo que nos invite a “ver una peli” al hogar. Mal, mal, mal…
¿Qué nos pasó, gente, que no estuvimos atentos? ¿Acaso el olor a flores y los campos soleados te distrajeron de la tarea de recolección y caza? Muy probablemente… ¿Acaso no tuviste mejor idea que patear a tu hueso justo uno de los últimos días de calorcito y cuando llegaste a tu casa, viendo el almanaque, te diste cuenta del grave error cometido? Si no es así, le pega en el palo…

Pero bueno, en el invierno se han hecho grandes cosas, se declaró la Independecia en Argentina, nació Whitney Houston, el hombre llegó a la Luna (nuestro invierno… no tengamos en cuenta que era verano para los yankees imperialistas), un ingeniero con mucha lucidez mental diseñó el caloventor, y así me podría pasar toda la tarde… ¿Por qué nosotros deberíamos ser menos?

Es hora de juntar coraje, respirar hondo y ver la realidad: el hueso pateado ya está pateado, no hay vuelta atrás, admitámoslo. Pero aún nos queda mucha energía y siempre se aplica mejor bajo presión (nuestro rendimiento aumenta notablemente, por ahí porque también bajan las pretensiones, pero, ¡tratemos de que eso último no suceda! No olvidemos que queremos un Buen Hueso que nos abrigue por las noches, no un muñecote que nos haga acordar a un cobertor de abuela y que encima babea cuando duerme). Busquemos en todos y cada uno de los recovecos de nuestro pasado, como se incitaba y se explicaba en el post anterior.

Si queremos buscar uno nuevo, busquemos uno nuevo, ¡¡¡pero qué más da!!! El invierno dura solo tres meses y después de eso solo tenemos que decir: bueno, hasta la próxima temporada alta… o, si tenemos suerte en ese última inspección desesperada, continuar hasta la primavera y así sucesivamente.

Hay crisis de huesos, pero por suerte, sabemos que no son una especie que hiberne. Siempre están ahí, buscando, como nosotros. Somos iguales de huesos. ¡Qué encantador!

Minujin, Marta

*dedicado a los que han luchado día a día para que al fin se reconozca que el hombre nunca llegó a la Luna un 20 de julio de 1969...

3 comentarios:

Manjula dijo...

Digo no a los amores perros que por un hueso pueden romperte el corazòn!! No tiene nada q ver, pero lo querìa decir!!

Segunda Costilla dijo...

Si !!! cada vez somos mas !!!! sigamos buscando !!!! preguntemos, llamemos, pensemos, seamos como las hormigas que juntas mueven montañas...movamos algo nos...porque si esperamos que este invierno alguien nos mueva A nosotras... vamos mal...jajajaja.

Prosaico...pero real guaaaaaaaaaaa!!

Segunda Costilla dijo...

Achiuda !!! las agendas viejas no me dieron resultado!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Se me complica encontrar el hueso justo, uno que me guste A MI.

Todo un desafio jajaja.

No se si este invierno voy a estar acompañada...pero entretenida SEGURO !!!!!!!!
No se reirme o llorar...

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