Los huesos no se toman vacaciones

Luego de nuestro receso vacacional, decidimos reencontrarnos con nuestros lectores y empezar el año tal cual despedimos el 2008: contando historias y experiencias de vida que nos ayuden a sentirnos acompañados, a entender que no somos los únicos a quienes les ha pasado “eso” y, en definitiva, a comenzar a ver la realidad desde otra perspectiva y, por sobretodo, intentar aceptarla tal cual es.

El tema que elegimos para recibir (tardíamente) el 2009 es, pues, Amores de Verano. Recientes estadísticas demuestran que al menos un 93% de la población ha tenido alguna aventura durante su estadía vacacional. El 7% restante, nunca se ha ido de vacaciones. Lo dicho es comprobable empíricamente y se debe a diversos motivos que podrían resumirse en:

- Contamos con demasiado tiempo libre, lo cual se traduce, inevitablemente, en más tiempo para pensar en sexo. ¿O acaso se te cruzó por un segundo la imagen de la oficina y de la pila de papeles pendientes que dejaste en Bs. As.? No, no, no, tiempo libre, aquí y en la China, producen incansables fantasías sexuales (en realidad la imagen de un chinito teniendo sexo me da escalofríos; prefiero pensar que se reproducen por Internet o algo así).

- Vemos personas semidesnudas al menos ocho horas diarias, lo cual (in)concientemente estimula nuestro cerebro, liberando hormonas y produciéndonos excitación. Salvo los productores de películas eróticas y algún otro caso exótico, el común de la población no está acostumbrado a esta situación: no es habitual ver caminando a machos en sunga o minitas en trikini por Florida y Corrientes. Aunque, a decir verdad, estaría bueno (siempre que no sean turistas chinos).

- Tenemos demasiado alcohol en sangre. No le das tiempo al cuerpo y a la mente para recuperarse que ya estás chupando de nuevo. Dicen que el que se quema con leche, ve una vaca y llora… en este caso, llega una altura de las vacaciones en la que ves una birra y se te revuelve el estómago. Por lo tanto, ves pasar en sunga al repositor del Supermercado Chino y le querés entrar a como dé lugar.

Una vez que entendemos porqué es inevitable el amor de verano, debemos saber que existen códigos especiales para este subtipo de hueso. Aquí daremos algunas frases y actitudes que debemos evitar a toda Costa (cua) cuando estemos con nuestro hueso de verano.

- “Con mi novio estamos mal; él me hizo sufrir mucho”: al hueso no le interesa tu novio, el hueso no es celoso ni teme que el día de mañana lo engañes a él… simplemente, no habrá día de mañana. Finalizadas las vacaciones, cada uno volverá a su rutina y si te he visto, no me acuerdo.
(Podría decirse que este precepto se hace extensible a todos los huesos y no sólo el de verano, pero es importante enfatizarlo dentro de esta sub-especie).

- “Pasame tu teléfono”: es OBVIO que no lo vas a volver a llamar. No crees falsas expectativas. Considerá que hay gente que no conoce nuestro blog (es cierto, son pocos, pero que los hay, los hay) y que, por lo tanto, no sabe de huesos y permanecerá estúpidamente enamorado de vos durante todo el año. Es más: existe el riesgo de que el 14 de julio se aparezca inesperadamente en tu trabajo y vos no recuerdes ni su cara. Por tanto: no le pidas el teléfono. Otra alternativa, aunque un poco más costosa, es cambiar más seguido de trabajo.

- Atención, las frases que contengan la palabra “allá” precedida de un verbo conjugado en plural, pueden fácilmente espantar a tu hueso veraniego. Ejemplos: “cuando estemos allá…”, “cuando volvamos allá…, “cuando nos veamos allá..”. Para el hueso vacacional no encajás en el “allá”. “Allá” tiene su novia, “allá” tiene su trabajo, “allá” tiene sus estudios y, por lo tanto, no hay tiempo para vos “allá”. Es sólo aquí y ahora. Disfrutalo al máximo y no hagas planes a futuro.

- Por favor, evitá decirle con voz de bebota “¿me vas a visitar en Buenos Aires?”: No lo obligues a mentirte.

- No le des tu mail: los huesos de verano tienen que permanecer en el recuerdo como maravillosos amores fugaces…si lo hacés, descubrirás que es una persona con muchos defectos y sumamente rompepelotas, como el resto de las personas del sexo opuesto.

- Si ya le diste tu mail, por nada del mundo cambies tu nick por alguna frase del estilo “tu luz me llena el alma” y le digas que la escribiste pensando en él.

En fin, no hay forma de evitar el amor de verano. El Universo quiere que suceda y conspira contra nosotros para que así se dé. No obstante, lo que sí puede evitarse es que el hueso de verano se convierta en el garrón del año.
Queridos lectores: ahora que ya conocemos las causas que motivan la existencia del hueso de verano (TIEMPO LIBRE + DESNUDEZ + ALCOHOL), simplemente aceptémoslo y dejémoslo claro desde el principio: “no estoy enamorado de vos ni quiero volver a verte en Buenos Aires; tampoco voy a hacer 1450km todas las semanas para venir a verte ni voy a dejar a mi novio; no me interesa darte mi mail ni mi teléfono: flaco/a, simplemente sos un hueso, un chongazo de verano. Un chinito más. Vení que te clavo la sombrilla”.

Manjula
Aclaración: este sitio no apoya el exterminio masivo de chinos.
Post dedicado al Chino Pereda, gran valuarte del balompié peruano.