Defensa de los huesos

Últimamente me está sucediendo algo muy extraño que no puedo controlar: estoy soñando con mi ex. (sí, un horror, ya lo sabemos todos).

Hace dos años y medio que no estamos más juntos, hace dos años que no lo veo y hace casi un año y medio que no sé ni J de él.
Que su imagen se me presente en una hora en que tendría que tener un sueño relajado y pacífico como recomiendan los profesionales, la verdad que no me causa mucha gracia, como podrán imaginar. Y además de no causarme ningún tipo de placer, hace que en mi mente se abran ciertos cuestionamientos del tipo: ¿Será que oculta y reprimidamente tengo el deseo de volver con él?, ¿volver a una relación donde todo era color de rosa, perfume de margaritas y sonido de pajaritos enamorados?, ¿volver con una persona recatada y de buenas costumbres, de buena familia y educado por demás? Podría ser… aunque también podría ser que mi inconciente me esté advirtiendo, me esté recordando lo que definitivamente NO quiero… por lo menos por ahora y a esta altura de mi vida.
Ahora que salimos del invierno, en el cual hubo bastante sequía (para que mentir)… puede suceder el clásico “bajar la guardia”, pero por lo menos cuento con un inconciente que quiere que active, pero tampoco la pavada. Igual es obvio que nunca me va a incentivar con un sueño erósstico con Eugene Hütz… no no no, mis deseos más ocultos y reprimidos son: no volver a lo que era la vida con mi ex (o la vida de novia).

Que no se malentienda, en mis sueños soy muy “feliz” recontrándome con este muchacho y llevando una vida “ideal y serena”, pero cuando me despierto… no puedo dejar de sentir un dejo de amargura y un escalofrío que no se debe justamente al querer que mis sueños se vuelvan realidad.

No quiero estar de novia para que mitad del tiempo el muchacho se queje por cosas que fácilmente puede cambiar, pero que una paja más grande que su ego lo lleva a no moverse ni a activar. (En mi caso el dilema, entre otros, era el registro de conducir: sus papás tenían auto, su hermano lo usaba y el único que no podía manejarlo era mi novio… y no sacaba el registro con la excusa de no sumar una pelea más en la familia (la disputa por los turnos)… pero por supuesto mientras tanto no paraba de quejarse… y quién lo tenía que aguantar en conversaciones que solo iban en círculo… la boluda!!)

Y como decía Manjula en uno de sus primeros post, mucho menos quiero estar de novia para que después de una noche de sexo… y malo… se quede automáticamente dormido, creyéndose sexy con sus slips celestes bebé y las medias que le compra mamá puestas.

Que no puede compartir una cerveza bien helada un día de 30 grados de calor, porque le da migraña… que no le gusta que bailes alocadamente cuando estás contenta de estar con él, que no le gusta que te rías de esos dilemas sin sentido que te plantea, que le gusta siempre ver la gravedad de la vida antes de respirar hondo y disfrutar… y todo esto lo bancamos (siempre hasta cierto punto) simple y llanamente porque estamos enamoradas y embobadas y lo que menos se nos ocurre en ese momento es que puede existir una forma más relajada de ver las cosas…

Con un hueso la vida es más sencilla. Por supuesto que hay épocas en que uno solo quiere estar con una persona, y no le importa si es de novia, casada, en concubinato o siendo parte de un harem… (no creo en el amor ciegamente, pero sí en algo parecido al compartir). Pero otras, solo necesitamos espacio para ver las cosas más claras, espacio para ver qué estamos haciendo de nuestras vidas, espacio para que nadie nos rompa las bolas… y ese momento es ideal para los huesos. Para salir a recorrer el mundo, conocer gente, mucha gente, cagarnos de la risa, disfrutar de todo, descartar lo que no nos hace bien, seguir conociendo gente, embebernos (nunca está demás) y seguir por la vida felices y contentas de tener un hueso disponible!!!