¿Seré yo la colifa?

Con motivo de mi anterior post, me puse a pensar y me quedé con ganas de preguntar: ¿cómo debe actuar una persona comprometida cuando un hombre se acerca a hablarle en un bone-searching-place(ej. Boliche)?
Como expuse en "Diálogo con un colifa”, soy de esas minas siempre abiertas al diálogo, que se puede pasar charlando tres horas desinteresadamente con un hombre en una fiesta. De puro copada nomás. Pero me ha pasado que, después de esas tres horas, llega la insinuación y, al decirle al sujeto en cuestión que no estoy interesada porque estoy en una relación, me ha tratado de histérica: “¿y por qué no me lo dijiste de una?” ¿Perdóooooooon? ¿Acaso vos me preguntaste mi situación sentimental, o más bien estuvimos hablando de la facultad, el trabajo, la música, la vida?
Aparentemente, mi comportamiento es poco frecuente y un hombre no entiende cómo una mina le dice que NO después de haber charlado con ella durante tres horas.Para peor, le indigna que ha malgastado tiempo de cacería. Pasadas esas tres horas, el bone-seeker ya tendría que ir por el segundo polvo de la noche. Pero no, en cambio estuvo hablando con una mina comprometida, haciéndose el culto y fingiendo que le interesa muchísimo la vida de las algas marinas, o cómo Sócrates le explicó a su mujer que prefería morir antes que escapar de Atenas.
No obstante lo expuesto, a mi favor debo decir que es imposible manifestarle a un hombre que estás de novia sin cortarle el rostro de una, lo cual me resulta bastante chocante. ¿Qué pasaría si ante la pregunta “¿te gusta esta canción?”, una le contestara "tengo novio"? Seguramente se haría acreedora de un…”¿Quién te preguntó? De modo que nadie te quería dar, feaaaaaaa! Sólo te lo pregunté porque me dio lástima tu cara de Daubentonia madagascariensis" Eso sería una buena respuesta. Bien merecida.
Ahora bien, Apu me ha dicho que un hombre no charla “de copado” toda una noche con una mina. Puede ser. Pero no quiero ser descortés. Hace poco, un hombre en un boliche se enganchó con nuestra charla (que por cierto yo fingía ser una centroamericana que hablaba español neutro y estudiaba los astros y la lectura de manos), a tal punto que terminó confesando que había robado, que consumía drogas y que se sentía marginado de la sociedad. Y cuando me tuve que ir, se acercó y me agradeció mucho por haberlo escuchado y comprendido. Esto es una prueba de que la gente, aún los hombres en un boliche, a veces simplemente necesitan alguien que los escuche, una oreja amiga.
Para ir finalizando, quiero contarles que, como yo nunca estuve convencida de que hablar tanto con los hombres sea lo más conveniente, he observado la actitud de otras mujeres en idéntica situación, para buscar un comportamiento alternativo que resulte menos problemático. En virtud de ello, les quiero comentar cuáles fueron las actitudes de dos amigas con novio al ser encaradas en un boliche, que realmente vale la pena presentar como alternativas.
La primera: IGNORAR por COMPLETO. Tanto, que el chico nos pregunta: “¿cómo están?”, yo contesto que bien, y mi amiga…bueno, todavía estamos esperando la respuesta. Simplemente le da vuelta la cara. Acto seguido, el hombre pregunta qué música nos gusta bailar y yo contesto alguna boludez. A todo esto, mi amiga seguía mirando para otro lado. Es entonces cuando yo le cuento al muchacho que a mi amiga no le gustaba bailar. Dicho esto, él, muy simpáticamente, se acerca a ella y le dice “che, ¿y qué te gusta hacer?”, a lo que ella, con cara de orto y tono de empleada municipal, le contesta “DORMIR LA SIESTA”.
Un poco agresivo ¿no?
La segunda anécdota ocurrió en Bariloche. Un hombre se acerca de onda a charlar con mi buena amiga Angie. y ella, siempre tan directa, simplemente le contesta “Mirá, está todo bien, si querés charlamos y nos cagamos de risa, pero nosotras tenemos novio, así que nada, te aviso…si querés quedate igual”. El hombre, azorado y asombrado ante tanta demostración de sinceridad, contesta “gracias” y se marcha. Sin más.
Ésa es una gran alternativa.

Por último, quiero dejar en claro que todo este dilema se plantea por culpa de la histeria. El hombre, por algún motivo, se siente obligado a tener que charlar y hacerse el copado durante un tiempo para después sincerarse y confesarte que te quiere dar. Yo me pregunto..¿Es necesario esperar tres horas para esto? ¿No te podría avisar a los quince minutos y todos contentos?

Salú,
Manjula