Siempre vuelven

Quiero que sepan que, ante todo, tengo una total entrega hacia este blog por eso tengo tanto material.

¿Recuerdan aquella vieja anécdota de aquel viejo hueso que una vez me dijo que prefería terminar todo porque creía que me estaba engachando y además estaba con una chica que iba a ser (si, iba a ser) su boleto a Europa? Bueno... volvió. Aparentemente el viaje a Europa no se pudo concretar y andar por el conurbano bonaerense no es un tan mal plan después de todo.

La tecnología es el primer aliado y enemigo de las relaciones huesísticas. De repente en la bandeja de entrada se ve un mail del Ex hueso, una abre escéptica y lee atentamente. El mail no dice mucho, básicamente se limita a dar el número de celular con un dígitomenos. Uno tiende a reírse, piensa por un instante y deja la mala onda de lado y responde con el celular de una... pa' ver que pasa vio.

A los días aparece el primer mensaje: tranquilo, sin exceso de simpatía, uno responde dejando caer un poco de indiferencia. Se crea una conversación amena, distendida y una vislumbra las intenciones de Ex hueso y se decide a pensar que va a hacer con eso. Con el paso de los días la insistencia se acrecienta. Empiezan los mensajes gomosos como "tengo ganas de verte", "vos que sos tan linda y copada" a lo que una ya pierde un poco el interés.

A la semana de tener tu celular el Ex hueso ya se encuentra totalmente desesperado y una ya perdió completamente las ganas de verlo, leerlo, escucharlo o cualquier cosa que implique un "lo". Llega el fin de semana y no hay vuelta atrás: el Ex hueso está decidido a verte a como de lugar, si le planteás un encuentro en Mar chiquita te responde mientras va camino a Retiro.

Como una es buenuda con aires de boluda le ofrece ir a tomar una cerveza tempranito cosa de liquidar el trámite rápido y después salir a reventar la noche con las amigas deshuesadas. Error garrafal. Lo que una pensaba que iba a ser un mero trámite empieza a ser el calvario más denso y largo en años de trayectoria huesística.

No sólo que el trámite no se liquida rápido sino que se convierte en un acoplado para el resto de la noche. Llegan tus amigos y el Ex hueso asume que es parte del plan y empieza a organizar la salida. De momento a otro no sos la única que lo detesta sino que todos tus amigos ya lo odian. Deciden ir al pool y vos como buena samarita decis "vayan ustedes nosotros ahora vamos", con la esperanza de poder deshacerte de aquel mal ex hueso. Nunca sucede eso.

Llegás al pool y tus amigos dicen "vamos a la casa de Pepito a tomar algo que está solo en la casa" y ¿qué puede hacer un pésimo ex hueso? responder: "buenísimo, me encanta el plan". No nene!!! no estás invitado. Pero no podés ser tan cruel y empezás con las indirectas directas:

Boluda: Pero mirá que es lejos y hay que caminar mucho
Pésimo ex hueso: Me encanta caminar
B: pero mirá que ya es tarde
P: no tengo horario
B: mirá que yo no me voy a quedar mucho
P: con tal de estar con vos...

Finalmente tu noche termina con un pésimo ex hueso tirándose encima tuyo con esperanzas de que pase algo y vos yendo a la esquina a ver si llueve. Él la pasó mal, vos la pasaste mal. Todos la pasamos mal. Estás segura que ya está, te deshiciste de aquel pésimo ex hueso...

La realidad nos dice que supera siempre a la ficción. Al otro día te llega un sms que entre otras cosas dice: yo necesito una compañera, ¿vos podés ser esa compañera o lo dejamos como un suceso imparcial y efímero?

¡¡¡¡¡ LO DEJAMOS COMO UN SUCESO IMPARCIAL Y EFÍMERO !!!!!!!


Ha dicho, Regina F.