Historias de Huesos de gente con hambre: Jacinto Penechiquinto

Hacía dos meses que me había separado de mi novio y lógicamente, después de haber compartido 1 año y medio con la misma persona, estaba desesperada buscándome un huesito para inspeccionar nuevos rumbos. Después de revisar todos los contactos del celular y msn, decidí que el chonguito iba a ser a estrenar. Ahí es cuando una amiga ( 1° año de facultad con compañeritos nuevos) me habla sobre uno de estos nuevos compañeritos, según ella: “un pibe divino”. Yo, bastante arisca a la gente desconocida, con pocas ganas, la autorizo para que le pase mi mail. El muchachito este le pide una foto mía previamente y después de chequear mis atributos me agrega (todo esto en cuestión de minutos). La primera charla no valió la pena y a mi no me interesó mucho luego de ver su imagen del msn (?), que de hecho no tenia nada de malo pero digamos que soy bastante pretenciosa.

Así pasaron un par de semanas de aburrida soltería ya que no soy de esas que salen a romper la noche (ahora me arrepiento), hasta que gracias a este aburrimiento decido agregarlo al Facebook y así entablamos conversaciones mas profundas vía chat. Pasaron otros pares de semanas hasta que me invita a salir y acá es cuando empieza lo malo de la película. La idea no me terminaba de cerrar ya que la salida iba a ser una cita a ciegas porque jamás en mi vida había visto a este individuo personalmente. Y esto es peligroso, porque me podía encontrar hasta con un enano (aunque no creo que mi amiga sea tan forra de querer enchufarme un enano. Aclaración: no tengo nada contra los enanos) ya que las fotos pueden mentir, pero gracias a dios este no fue el caso. El pibe la verdad que estaba buenísimo pero la noche no siguió de la mejor manera. Me propone ir a tomar algo y yo accedo, muchas variables no había y no se podía ir al telo TAN de golpe; nos sentamos en un bar muy cachondos, copa va copa viene (yo no tomo nunca) nos damos el primer beso, genial todo muy lindo hasta que me paro para ir al baño. Mamita! Con solo 3 copas de new age encima parecía que el barcito era no sé…un samba?

Vuelvo y le digo “Che jacinto no podríamos ir a tomar un poquito de aire que no me siento muy bien”, el accedió con su mejor cara de caballero-amable. Pero el fresco no me hizo bien, y que pretendía? si no había cenado con el solo propósito de “verme mas flaca”. Cada vez me sentía peor, lo hice ir a comprarme un agua, la tomé, tampoco me hizo bien; así como termine el 4° sorbo DEVOLVI el amoroso new age en el jardín de una pobre anciana. Imagínense la situación: primera salida, a ciegas, y yo ahí pateando. Por dios trágame tierra. No me quiero imaginar como se sentiría él. Pero bueno la salida termino, taza-taza y yo con la culpa mas grande del mundo, pensaba que había arruinado todo, pero gracias a dios nuevamente charlamos y estuvo todo bien, hasta me invitó a salir de vuelta!! Jujú

Segunda salida: perfecta. También salimos a tomar algo, unos besitos en su auto pero no paso de ahí.

Tercera salida: y acá se viene lo peor (sí, hay peor que vomitar en la cara de un pibe que no conoces y pretendes levantarte) nos encontramos como las citas anteriores. Repito: fuimos a tomar algo, aunque esta vez yo tenía unos planes mejores en mi cabeza. Una amiga mía vive sola en capital y ese día se había ido de viaje ¡las casualidades de la vida!, pero yo no se lo podía tirar de una porque iba a quedar muy entregada, así que mientras terminaba mi trago iba planeando alguna excusa para terminar en el depto. Pero no me hizo falta, atenti, porque al ir a buscar su auto………puntito puntito puntito, nunca lo encontramos (nunca no es una forma de decir) se lo había llevado la grúa, pero eso no es nada comparado con la sorpresa que me lleve después. La noche caía en picada, tuvimos que ir hasta no sé dónde concha a buscar el auto, pagar $250 de los cuales $50 eran míos, conste. Así que nos quedamos sin dinero, no hay mal que por bien no venga, era la excusa perfecta para ir a bajonearla al depto, hacia ya fuimos. Estaba todo premeditado, nos dimos unos besitos sexies en el ascensor y la cosa fue subiendo de tono al entrar al inmueble: manito va, manito viene, remerita vuela, pantaloncito vuela, HASTA QUE (y sí lamento decir esto mas que nadie) llego al esperado pene (no encontre una forma mas delicada de decirlo), si merecía llamarse pene ese minúsculo miembro…no es que yo sea pretenciosa pero con eso no se podía ni siquiera caretearla…esa fue nuestra ultima salida y me lamente de no haberle vomitado todo el auto la 1° vez así no tenia que pasar por ese mal momento.
Ahora hace 4 meses que volvi con mi novio y bueno, por lo menos el tiene un pene como la gente che.
AMÉN